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La malagueña María de Valdés firmó la mayor gesta de su carrera al lograr la medalla de plata en el 10 kilómetros de aguas abiertas de los Mundiales de Doha y una plaza en los Juegos Olímpicos de París. La nadadora andaluza hizo historia también a nivel nacional al conseguir el primer podio para España en el Mundial en esta prueba.
María de Valdés compitió con valentía durante toda la prueba, pues siempre nadó con las mejores en las primeras posiciones. La deportista formada en el CN Fuengirola demostró desde los primeros kilómetros, brazada a brazada, que venía dispuesta a acabar entre las 13 mejores y con ello sellar su plaza olímpica.
Con el paso de los kilómetros y las boyas se consolidó tanto entre las tres primeras que pasó a luchar por los tres puestos con derecho a subir al podio, una gesta que nunca había conseguido una nadadora española en los Mundiales.
La andaluza luchaba codo con codo con leyendas mundiales de la distancia como la holandesa Van Rouwendaal y las siempre peligrosas australianas. La recta de meta la encaró en la primera plaza, aunque casi emparejada con sus dos rivales más directas. Finalmente tocó la placa de meta en la segunda plaza con un tiempo de 1.57.26.90 horas, a solo una décima de segundo de la campeona, la holandesa Van Rouwendaal (1.57.26.80) y con algo más de un segundo de renta sobre la tercera, la portuguesa Angélica Andre (1.57.28.20). La cuarta posición la obtuvo la australiana Moesha Johnson con 1.57.30.80.
España logró una plaza más en los Juegos de París, también con acento andaluz, pues la ilicitana que entrena en Málaga con la FAN Ángela Martínez ocupó el puesto 13 con un crono de 1.57.36.60. La discípula de Xavi Casademont luchó hasta el final para hacer realidad su sueño de ser una nadadora olímpica.
María de Valdés es una nadadora formada desde pequeña en el CN Fuengirola que posteriormente hizo las maletas para entrenar en Galicia con el club Liceo. A sus 25 años ha hecho realidad lo que tantas veces a buen seguro había soñado. Su éxito lo es también de toda la natación malagueña y de todos los que han trabajado en Andalucía por las aguas abiertas desde hace más de 25 años.
La nadadora reconoció a la conclusión de la prueba, visiblemente emocionada, que “todavía no me lo creo”, además de dedicarle la gesta a su padre, “que ha fallecido hace tres meses, a toda mi familia que me está apoyando desde España, a mi entrenador, Jesús, y a todo el staff de España que me ha apoyado en estas circunstancias”.
Sobre la carrera señaló que fue complicada por la marea y las corrientes pero que “he sabido llevarlo lo mejor posible y al final he intentado estar codo a codo con las mejores, porque sabía que era la oportunidad que tenía y no la he dejado escapar”.
De Valdés apuntó que todavía se encontraba tan feliz que “estoy todavía en una nube, pues es un sueño hecho realidad, quería estar siempre en el top 10 para que se no me escapase esa plaza olímpica y sabía que había que estar arriba, pues en el momento en el que te descolgases no iba a haber manera de volver a meterte ahí”.